jueves, 9 de octubre de 2008

Investigación Mechongué

Objetivo general.

Conocer la causa de la emigración de Mechongué haciendo énfasis en el caso de los jóvenes.


Objetivos específicos.

Identificar las condiciones socio-educativa-cultural y de capacitación laboral de la población local.


Analizar la situación del transporte.


Conocer el testimonio de residentes en el pueblo. Así como también de aquellos que emigraron a ciudades lindantes.


Tomar conocimiento de las condiciones de vida de los habitantes del pueblo.


Presentación

El fenómeno que nos proponemos estudiar es el despoblamiento de la localidad de Mechongué, haciendo foco en la constante migración de los jóvenes y la población económicamente activa (PEA). Proponemos un análisis histórico, partiendo de la formación de los primeros asentamientos que formaron el pueblo para luego poder entender la realidad actual.

Con el objetivo de conocer y en busca de explicaciones más claras de la vida y las prácticas culturales en Mechongué, presentamos un contexto social y cultural que dará forma a la investigación. Finalmente, un análisis económico y político, terminará de contextualizar la problemática, dando a entender con qué recursos se cuenta, la importancia del conflicto de comunicación y transporte y la dificultad de superar la compleja situación en la que se sumergió el campo durante la década del 90’ con los gobiernos de Carlos Menem.

Analizando la estructura productiva y la evolución del empleo de esta área económica se desprenden una serie de indicadores que permiten dar cuenta de las características y comportamientos locales.[1]



Fenómeno de estudio

¿Por qué la gente de Mechongué emigra y en especial los jóvenes?

Esta pregunta problema es la base de la investigación. Y partiendo de la misma, es que se puede identificar el problema. En busca de respuestas a la pregunta planteada, es que recurrimos a diversas fuentes calificadas en la primera aproximación a campo. Creemos fundamental escuchar el testimonio de las instituciones que funcionan en la localidad objeto de estudio.

Diversos datos estadísticos que nos brindan el INDEC y el sitio oficial del partido de General Alvarado sirvieron también para analizar el problema. Sin embargo, al momento de investigar y recabar datos, nos encontramos con el primer obstáculo. La escasez de los mismos es evidente. En Mechongué, sólo la voz de los pobladores y el ojo crítico del investigador puede aportar información.

Pensamos superar ese inconveniente con la visita a la biblioteca del pueblo, pero no pudo satisfacer nuestra búsqueda. Sólo cuenta con unas fotocopias anilladas que contenían recortes de diarios y explicaciones comentadas sobre algunos puntos sin ahondar demasiado. Es por esta escasez de información y datos, que, si bien hace más trabajosa la investigación, sentimos que el presente trabajo gana importancia.


Análisis histórico

La Provincia de Buenos Aires, se encuentra dividida en 134 partidos. En el interior de cada partido, la población se asienta en localidades o se encuentra distribuida en forma dispersa en el territorio rural. De acuerdo a la magnitud de su población, las localidades se denominan urbanas cuando superan los 2000 habitantes y localidades no urbanas (el caso de Mechongué) o población rural agrupada, cuando su población es inferior a dicha cifra.[2]

En otros tiempo, cuando el país apostaba al modelo agroexportador fue el desarrollo de la industria la que produjo una gran migración interna del campo a la ciudad. Hoy, surge de esta investigación, que la búsqueda de educación y trabajo son las que logran un efecto similar en las pequeñas localidades rurales.

Mechongué es una pequeña localidad del Partido de General Alvarado, ubicada al noroeste de la ciudad balnearia de Miramar, a 50 kilómetros por las rutas 77 y 88. Según los datos proporcionados por el sitio oficial del Partido de General Alvarado, la población de esta ciudad es de un total de 1415 habitantes. La misma se divide en 729 varones y 686 mujeres. Esto denota fallas en los datos brindados ya que el INDEC afirma que la población es de 1374, con 692 varones y 682 mujeres hacia el 2001.

Los relevamientos del INDEC del censo de 2001 señalan un leve descenso de la población del 1,71%, por consiguiente, existe una gran preocupación por parte del Gobierno de la Provincia de Buenos Aires, por la actual tendencia a la emigración en los pequeños poblados bonaerenses. En base a esto, es que el gobernador Felipe Solá, impulsó el llamado “Plan Volver”, para fomentar el repoblamiento. Uno de los proyectos es la construcción de una Terminal de Ómnibus para unir a las ciudades de Balcarce, Miramar y Mechongué, y una Feria de Emprendimientos Local, la cual en estos momentos desarrolla actividades en el Parque Municipal de la ciudad.

La localidad de Mechongué, se halla inmersa en una región caracterizada por una estructura productiva netamente primaria, es decir, generadora de materias primas que surgen de actividades agrícolas y ganaderas. Originalmente, una de sus características primordiales que dieron lugar a su formación, era su ubicación estratégica por ser un punto intermedio entre Lobería, Balcarce y Miramar. Sin embargo, esta virtud con la que contaba, se desvaneció junto a la merma del funcionamiento del ferrocarril.

Martín de Alzaga, reconocido como gestor del asentamiento poblacional, propietario por aquel entonces de los terrenos de la zona, fue quien efectuó las múltiples gestiones que culminaron con la llegada del ferrocarril en el año 1911[3].

Los principales edificios de Mechongué no han sido ubicados frente a la plaza, como es regla general en este tipo de poblaciones y como estaba previsto en los proyectos correspondientes, sino que se han distribuido en las proximidades de la estación.

Alzaga, dueño de establecimientos agropecuarios, luchó incansablemente por lograr la llegada del ferrocarril, y ese logro, junto con la aparición de los primeros comercios, marcan el punto de partida en el desarrollo de esta localidad. Entre los citados negocios podemos mencionar el rubro de las herramientas que arreglaban los carruajes: Prazel, Antonio Camino e Hijos, Filippino e Hijos, Andrés Astiz; los almacenes de ramos generales, en los cuales los habitantes que venían de las zonas rurales se proveían de mercaderías, carne, pan y vestimentas que en algunos casos eran enviados por vía férrea desde pueblos vecinos (Mar del Plata, Balcarce): Rosa, Fernández, Palacios y Cia., Juan Roca y Pino, Bedogni y Cia.; casas de comida o bien llamadas fondas, que servían también de hospedaje: Labra; de esta época data además, la primera y única farmacia que se instaló en la localidad: “Farmacia Mechongué” de Felipe Diez[4].

El pueblo va teniendo una evolución lenta, llamándose Mechongué en honor a una hija del señor Martín de Alzaga de nombre Mercedes.

En el ferrocarril trabajaba mucha gente porque se acopiaba todo el cereal y la papa que venía a la estación. Es decir que en todos los galpones hoy vacíos, había cuadrillas de 12 o de 15 hombres. En total, trabajaban alrededor de 100 personas. El tren partía desde Mar del Plata hacia Ayacucho, a la mañana y a la noche[5].

En 1970 había en Mechongué 1.064 habitantes; diez años más tarde se registraban 1.173 y 380 viviendas. Posee una delegación municipal y un destacamento policial. La energía eléctrica está a cargo de una cooperativa local, lo que presenta un problema al momento de alentar inversiones en la localidad ya que tiene un costo mayor que la energía que brinda el Estado en las ciudades lindantes.

Para el desarrollo de las actividades sociales y de esparcimiento, la población cuenta con el Club Social y Deportivo Mechongué. Los establecimientos de enseñanza que funcionan en Mechongué son: la Escuela Nº 9 Juan Bautista Alberdi, fundada en 1924; el Instituto Juan XXIII, jardín de infantes, ESB y Polimodal privado, creado en 1967[6]. Hace pocos años funcionaba también el Jardín de Infantes oficial Nº 903, pero la escasez de inscriptos lo hizo insostenible.


El aspecto socio-cultural

Con lo que respecta al ámbito cultural, Mechongué cuenta con dos instituciones donde se puede aprender sobre su historia y tradiciones. Una de ellas es el Centro Tradicionalista El Relincho. La otra, es el Museo Histórico de Mechongué ubicado en lo que fuera hace unos años la estación de ferrocarril. En ese mismo lugar, se encuentra la biblioteca municipal con una reseña histórica escrita entre vecinos de la zona con comentarios y algunos recortes periodísticos anexados.

Por otra parte, en Mechongué se realiza anualmente la Fiesta de los Camioneros. Dicha celebración reúne a todos los protagonistas, que desde la caída del ferrocarril se han convertido en los encargados de completar el ciclo económico del cual depende Mechongué haciendo circular la producción del campo, principalmente, el cultivo de papa, característica que comparte con la localidad vecina de Otamendi.

“Un grupo de mujeres, nos juntamos en el año 1994 y formamos un grupo cultural para reunirnos en la escuela primaria. Teníamos que hacer algo por la cultura del pueblo y se nos ocurrió la idea del museo”, contó la presidenta de la Asociación del Museo, Mirtha Donofrio.

“Hay también una habitación en una casita anexa que utilizamos para dar cursos y talleres. Y en la torre de agua hay una exposición de Ciencias Naturales”, agregó Donofrio.


Un punto fundamental: el transporte

Uno de los principales problemas que sufre Mechongué en la actualidad es su situación de transporte y comunicación. Sólo un micro los une con Miramar, la ciudad cabecera del partido. Este micro sale a Miramar a las 8 de la mañana y demora en llegar una hora y cuarto. Vuelve a las 12 del mediodía hacia Mechongué y luego a las 18:30 hace su último viaje para Miramar.

Sin duda, no es un dato menor, destacar el mal estado del histórico colectivo que sigue funcionando a pesar de sus años. Por otra parte, es éste, el único transporte público que une estas localidades de un mismo partido. Para recorrer esos 35 kilómetros que las separan, el colectivo tarda una hora y cuarto. En caso de que el micro necesite cualquier arreglo o debido a cualquier inconveniente por el que no pueda circular, se cancelan los escasos viajes programados.

Con respecto al transporte que une Mechongué con la ciudad de Mar del Plata, sólo cuentan con un micro cuya frecuencia se reduce a dos viajes por día. Desde la ciudad marplatense parte a las 8 de la mañana y a las 6 de la tarde, mientras que desde Mechongué sale a las 10 de la mañana y el último a las 8 de la noche.

En estas condiciones, es clara la imposibilidad de los pobladores de Mechongué para poder estudiar o llevar adelante un trabajo en las ciudades lindantes, permaneciendo su hogar en Mechongué. Resulta paradójico que no se pueda resolver este conflicto, siendo distancias tan cortas para este mundo moderno.

Cristina Toraf, representante legal de la Escuela Juan XXIII destacó al respecto: “Es una limitación terrible, si los chicos de acá tienen que irse a estudiar a otros lados hay que alquilarles una vivienda al no haber frecuencia en los horarios de colectivo”.

Además en busca de posibles soluciones opinó: “Otra alternativa que yo creo que es viable es el tren. Eso sí permitiría vivir en Mechongué estudiando y trabajando en Mar del Plata. Si funcionara, sería como la gente que vive en lo countries y trabaja en Buenos Aires”.

El transporte significa un obstáculo como venimos resaltando y en realidad gana importancia por la falta de fuentes laborales en su propia localidad. “Acá no hay trabajo, lo digo también como madre, porque tengo 4 chicos y ninguno vive acá”, resaltó Cristina.

Como es imposible avalar una investigación tomando algunas entrevistas (ver anexo) como eje, simplemente citamos diferentes declaraciones para que, en la voz de mechonguenses (que a veces quedan silenciadas por la falta de medios de comunicación), se defiendan las cifras estadísticas con las que nos manejamos.

Así como en la aproximación a campo, nos contactamos con pobladores del lugar y mantuvimos entrevistas con encargados de diferentes instituciones, buscamos la opinión de gente que por diferentes motivos dejó el pueblo. Varios de ellos, demostraron que el motivo de su emigración fue por falta de trabajo y en algunos casos, el problema del trabajo va junto a la dificultad de estudiar en otras localidades viviendo en Mechongué por problemas económicos.

“El ferrocarril era importantísimo, generaba fuentes de trabajo. Hoy por hoy el transporte es muy limitado” destacó Silvina Laspina, nacida y emigrante de Mechongué. Por otro lado, Sonia Angelelli, otra emigrante, nos contó: “cuando yo estudiaba el colectivo me dejaba en el cruce y de ahí hacía dedo”.

Las encuestas realizadas a 45 alumnos del Instituto Juan XXIII (la única escuela secundaria) resaltan tres preocupaciones fundamentales en el siguiente orden de importancia: trabajo, ofertas académicas y transporte.

Este método cuantitativo deparó en que el 55,5% de los encuestados planean irse de su pueblo, el 15,5% quedarse y el resto, no lo sabe.


Algunas bases claves

En la aproximación a campo notamos que hay dos motivos fundamentales que son causa del éxodo de los jóvenes. Estos son la educación y el trabajo, y existe una amplia relación entre ambos.

El problema de transporte antes mencionado también se suma a estos conflictos, porque se relaciona con la falta de educación universitaria y terciaria y de trabajo estable[7] en este pueblo.

En la Delegación Municipal un cartel pegado en la puerta informa que “no hay vacantes en la órbita municipal”. Tras investigar sobre los posibles trabajos en Mechongué resultó que la órbita municipal es la única que genera fuentes de trabajo.

“Fijate cómo se van achicando esos pueblos chicos, como San Agustín, Los Pinos, esos pueblos vecinos nuestros que les pasó lo mismo que nos está pasando a nosotros ahora, antes ellos trabajaban mucho con el ajo, se fue dejando poco a poco y yo encuentro muchos amigos de la edad mía con los que me juntaba y ahora están con negocios en Mar del Plata. Han tenido que irse por falta de trabajo” comentó un vecino.

Si bien nuestro objetivo no es buscar soluciones a conflictos de esta clase, es necesario brindar el dato de la falta de empresas e industrias en esta localidad. Si se ahonda en este tema, surge como principal punto que ahuyenta a la inversión, la falta de gas natural y el alto costo de la energía eléctrica que funciona por una cooperativa.

Sumado a la educación, trabajo y transporte, resultan claves la falta de un centro de atención médico público (existía el Servicio de la Salud, sala de primeros auxilios Carmelo Pepi -ahora sólo se conserva como parte del museo-), espacios de recreación para los jóvenes y falta de medios de comunicación masiva propios.

“Recibimos toda la información pero no podemos brindar la nuestra”, señaló la presidenta del Museo, Mirtha Donofrio, refiriéndose al problema comunicacional. Las noticias llegan, pero ninguna surge de allí. Se puede hablar de información y no de comunicación.


Métodos de la Investigación

Para llevar a cabo la investigación de Mechongué decidimos utilizar el método de triangulación. Consideramos éste el más eficaz y valedero para la realización de la misma.

La triangulación nos permite relacionar las técnicas de indagación y observación (método cualitativo) junto con las descriptivas, explicativas y predictivas (método cuantitativo).

En la investigación en Mechongué, se utilizaron entrevistas informales con grandes resultados ya que pudimos tener una buena llegada con los entrevistados que mostraron predisposición para dialogar y obtuvimos significaciones como, por ejemplo, darse cuenta que ellos se definen como pueblo y no ciudad.

No utilizamos un formato de entrevista pregunta-respuesta, sino que fuimos con puntos clave a tratar, y en primera instancia permitimos que temas, a veces triviales o al parecer insignificantes, dieran lugar poco a poco a las preguntas que nos llevaron hasta allí.

Por otra parte, resultó importante la observación, el diario de campo y la cámara fotográfica, para tomar nota del estado del transporte, de la construcción de la nueva terminal de ómnibus, etc. Tanto para el desarrollo de la investigación como para construir una forma de comunicar los resultados, utilizamos filmadoras para llevarnos registros del lugar y de la gente.

Otro punto fundamental fue no “despreciar” ningún tipo de información. Teniendo en cuenta que el grupo de investigadores no es de Mechongué, resultaba importante escuchar todas las fuentes posibles. Además, contando con poco material escrito y trabajos publicados sobre Mechongué, decidimos que la información se encuentra allí, en la gente y en la mirada observadora del investigador.

Bajo esta premisa, tomamos nota de conversaciones de jubilados que discutían lo difícil y costoso que resultaba ir a Mar del Plata para hacer trámites, los conocimos y charlamos con ellos. Visitamos lugares que se fundaron allí junto con la aparición del pueblo como una panadería o una carnicería. Conocimos la escuela, el museo y otras instituciones relevantes para la investigación siempre escuchando a los actores que allí se encontraban y a los máximos representantes de las mismas.


[1] Diversidad productiva en las áreas económicas locales de la región pampeana. Subsecretaría de Programación Técnica y Estudios Laborales.
[2] Estadísticas Sectoriales Bonaerenses. Ministerio de Economía, Gobierno de la Pcia. De Bs. As.
[3] www.mga.gov.ar. Sitio oficial de la Municipalidad de General Alvarado.
[4] Información extraída del Decreto del gobierno provincial firmado el 22 de enero de 1925.
[5] Reseña histórica de Mechongué, perteneciente a la Biblioteca del pueblo.
[6] Idem referencia 4.
[7] Ver foto anexada: “Falta de Trabajo”.



Conclusión


A modo de conclusión podemos afirmar que la gente de Mechongué (en especial los jóvenes) emigra en busca de trabajo y educación. Descubrimos, luego del análisis de todos los datos adquiridos, que la falta de fuentes laborales es lo que más preocupa a los pobladores. A su vez, las personas que emigraron del pueblo nos afirmaron que, junto a la falta de trabajo, también existe la imposibilidad de estudios terciarios o universitarios.

Además, sufren la penosa situación del transporte (dos viajes por día lo unen con Mar del Plata y 6 con Miramar; ciudad más cercana). Esta realidad, desencadena en la imposibilidad de vivir en Mechongué y estudiar o trabajar en ciudades lindantes. De alguna manera, obliga a irse de su pueblo a los mechonguenses que no consiguen trabajo o bien tienen el anhelo de continuar sus estudios, cuando lo cierto es que tienen ciudades cercanas que pueden satisfacer sus necesidades sin tener que emigrar.

La investigación tuvo interrogantes nuevos, los cuales se escapaban de nuestros objetivos: ¿por qué no se invierte en Mechongué? Por no hacer la vista a un lado, haciendo cuenta que no observamos este punto importante, intentamos hacer una aproximación a la respuesta relacionándolo con la situación de los servicios. No hay gas natural y el resto tiene precios elevados en comparación con las otras ciudades del partido de General Alvarado porque funcionan por Cooperativas que mantiene el mismo pueblo.

Finalmente, destacamos que el transporte significa un gran obstáculo que gana importancia en nuestra investigación por la falta de fuentes laborales en Mechongué.